ceip españa
un poco de historia
El origen del edificio que ahora es el Colegio España se remonta a la Exposición Iberoamericana de 1929, como muchos otros edificios de su entorno. El que ahora nos sirve como colegio estuvo en su día destinado a acoger a los periodistas que, llegados de todo el mundo, encontraron en este edificio el lugar en el que reunirse, escribir sus crónicas o revelar sus fotografías.
Lo que exponemos a continuación es un resumen de un artículo publicado por Juan José Cabrero Nieves en su blog sobre la Exposición Iberoamericana, y al que le agradecemos la información que nos ha proporcionado. Aquí ponemos su dirección:
http://www.exposicioniberoamericanadesevilla1929.blogspot.com/
La idea original
Durante un congreso de Prensa Latina celebrado en Madrid en 1927, un redactor del Correo de Andalucía propuso celebrar en Sevilla un congreso iberoamericano de prensa, una idea que fue secundada con entusiasmo por los asistentes americanos. Un año después, José Cruz Conde, encargado de organizar y elaborar el programa de la reunión sevillana, visitó el pabellón español en la Exposición de Colonia, y adquirió el contenido, documentación y mobiliario de ese pabellón para incluirlo, una vez concluida la exposición alemana, en el futuro pabellón o Casa de la Prensa, como así aparece en la documentación original, y que se edificaría en Sevilla. Para entonces, ya habían prometido su presencia en el congreso las principales agencias de noticias: Fabra, Agencia Americana, United Press y Asociated Press.
Con el regreso de Alemania de Cruz Conde, éste encargó con urgencia a la oficina técnica del Comité Ejecutivo la redacción del correspondiente proyecto del edificio. De oficio, se encargó de realizarlo el arquitecto titular Vicente Traver y Thomas, auxiliado por el también arquitecto José Granados.
Para el emplazamiento del pabellón, se eligió un solar de 725 m2 en la Plaza de las Estatuas, actualmente Glorieta de Covadonga, entre el pabellón de la Compañía Telefónica y el Pabellón Domecq. El 13 de Julio de 1928, se adjudicaron las obras al contratista Francisco Hidalgo con un presupuesto de 130.000 pesetas, y cuyo importe después de la subasta quedó en 91.990 pesetas, fijándose en seis meses el plazo de ejecución. Debió de cumplirse el plazo previsto, pues a principios de 1929 ya se empezaron a contratar algunos servicios.
La Casa de la Prensa en 1929
El pabellón tenía como finalidad acoger a los periodistas tanto nacionales como extranjeros que estuvieran cubriendo las noticias sobre el desarrollo de la Exposición, para ello se dotó al edificio de una serie de servicios destinados a hacer más fácil las labores de estos profesionales.
Así entre estos servicios se encontraba una sala general de redacción con sección mecanográfica, biblioteca profesional con mesas y pupitres para consultas y lectura así como otros elementos necesarios para la redacción de noticias. La gran sala de lectura, que se ubicaba en el vestíbulo, contenía revista y periódicos de todo el mundo, renovados todos los días. También se instaló una sección de comunicaciones, con cabinas telefónicas desde las cuales se podían comunicar con todo el mundo, centro telegráfico, estación de radiocomunicación y estafeta de
correos.
Otro de los equipamientos con que también se dotó al pabellón fue un laboratorio fotográfico donde los reporteros que trabajaban en el Certamen podían revelar sus negativos o cambiar las placas o películas. Por último una oficina de prensa instalada en el edificio, servía para suministrar noticias y facilitar material gráfico a los periodistas para facilitar su trabajo. Había también un restaurante-bar.
El colegio
Tras la Exposición, algunos pabellones fueron adaptados como centros docentes, principalmente para la enseñanza secundaria como el Pabellón de Chile en 1931 para Escuela de Artes y Oficios, ampliándose después en 1934 a la Torre Sur de la Plaza de España; el Pabellón de Uruguay como Instituto Escuela de Sevilla en 1936, y algunos otros después de 1937.
El proyecto de adaptación del pabellón de la prensa como escuela de enseñanza primaria, se firmó en septiembre de 1936 por los arquitectos Juan Talavera y Rodrigo Medina. En el momento que se iniciaron las obras para su transformación, el edificio solo tenía siete años, y esta apenas producen alteración en el edificio original ya que la distribución de los espacios polivalentes permitían una alta adecuación al fin y parecía estaba en consonancia con las normativas para este tipo de edificaciones educativas. Por ello no se produjeron grandes cambios sobre el edificio original, salvo en las fachadas laterales y traseras, donde se ampliaron algunas ventanas y se abrieron otras, pero siempre igualando con algunas de los originales, con una intencionalidad clara de intervenir en el mismo sentido que el proyecto original.
No obstante la decisión era la de construir una escuela jardín para niñas, y esto era algo especial, por ello el proyecto incluía una piscina cubierta que se dispuso en la sala central contigua al vestíbulo, así como cuatro aulas al aire libre separadas por arriates y rodeado de bancos y anaqueles en la fachada trasera. Estas intervenciones fueron muy sucintas, buscando la continuidad con el sistema constructivo. De todo ello no queda nada en la actualidad.
Tal y como dice el autor del blog, gran parte del merito de la magnífica conservación de este edificio, se debe no sólo a que desde el primer momento tuvo un cometido determinada, sino que además las personas responsables de la dirección de este establecimiento, fueron respetuosas y se preocuparon por mantener el edificio heredado.